jueves, 25 de julio de 2013

Francia Siglo XVIII - Constitución

El 9 de julio la Asamblea se declaró constituyente y empezó a elaborar la Constitución.

El apoyo del pueblo a la Asamblea atemorizó al rey, quien concentró tropas leales cerca de París. El pueblo no vio con agrado esta medida y el 14 de julio dio inicio la Revolución francesa con el asalto a la Bastilla, que era la prisión política del Estado. El pueblo demolió este edificio que era el símbolo de las injusticias y las desigualdades. Los campesinos asaltaron los castillos, saquearon los graneros y obligaron a huir a los señores feudales, quienes se refugiaron en el extranjero.

Para controlar los levantamientos y asegurar el orden en las ciudades se creó la Guardia Nacional. Las ciudades se organizaron en comunas, nueva forma del municipio, que eran elegidas popularmente.

El 26 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente proclamó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que afirma la soberanía del pueblo, la libertad, la igualdad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Todos ellos derechos "naturales e imprescindibles" del hombre.

La Constitución de 1791 establecía una soberanía única para Francia, con una monarquía sometida a la Constitución; dividía al gobierno en tres poderes. El poder legislativo quedaba depositado en una cámara de diputados. El poder ejecutivo estaba en manos del rey. El poder judicial estaba compuesto por magistrados elegidos por e pueblo. Francia quedaba dividida en departamentos administrados por funcionarios electos localmente. Las propiedades del clero fueron declaradas bienes nacionales y se asignó un sueldo a los sacerdotes.

En el mes de junio de 1791, el rey, junto con su familia, logró huir de París, pero fue reconocido y aprehendido en Varennes. Su huida fue considerada como traición. Por esta razón fue enjuiciado y condenado a muerte en 1793.

Después de la muerte de Luis XVI, Francia se convirtió en una república gobernada por una asamblea o Convención Nacional.

La situación de Francia era difícil. Algunos países europeos se aliaron contra la revolución. La Convención, dirigida por el partido de los jacobinos, tuvo que establecer un gobierno duro para contrarrestar los peligros y se desató una época llamada de "terror", en la que se persiguió a mucha gente que era enemiga de la revolución, pero también afectó a personas inocentes.

A pesar de tantos obstáculos, la revolución logró muchas mejoras, entre ellas: se modernizó la administración pública, el cobro de los impuestos se hizo más justo, mejoró la planeación del gasto público, se crearon muchas escuelas y la educación dejó de ser privilegio de unos cuantos, se abolió la esclavitud y todos los hombres fueron iguales ante la ley, y se estableció el sistema métrico decimal de pesas y medidas que facilitó el comercio en todo el país.

Las ideas y logros de la Revolución francesa se extendieron en Europa e influyeron en los pueblos de América para buscar su independencia de los países europeos, como España.

Este acontecimiento cambió la manera de vivir, pensar y organizarse de los hombres en Europa y América, e inició la llamada época contemporánea.

Napoleón I Bonaparte fue el más importante y el más popular de los generales revolucionarios. En 1799 mediante un golpe de Estado subió al poder. Al principio de su gobierno respetó las reformas logradas por la Revolución francesa y elaboró un Código Civil también llamado Código Napoleónico, una recopilación de leyes que confirman los derechos del hombre, al establecer la igualdad de los hombres ante la ley, la tolerancia religiosa, la abolición de la servidumbre y la esclavitud y la supresión de los privilegios. Durante su gobierno se dio un gran impulso a la educación y se construyeron escuelas, puentes, carreteras, canales, puertos y astilleros; favoreció la agricultura y la industria nacionales; apoyó a las ciencias y a las artes.

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